miércoles, 21 de septiembre de 2011

'El demonio bajo la piel', la dualidad del asesinato

El Demonio bajo la piel (The Killer Inside me, 2010) es el segundo acercamiento cinematográfico (el primero tuvo lugar en 1976 a cargo de Burt Kennedy) de la novela de homónima de Jim Thompson, un escritor que ha dado algunas de sus mejores historias al genero negro. En esta ocasión se trata de una película que avanza lentamente con el ritmo marcado por el pausado acento sureño de sus protagonistas, solo alterado por los esporádicos estallidos de violencia sin concesiones que marcan el carácter del protagonista Lou Ford (Casey Affleck). Estallidos que transportan la película hasta su inevitable final en una escena quizás un poco fuera de lugar, pero que cierra de forma bastante certera la historia vital de Ford –de alguna manera la explosión en la que Ford se lleva por delante a varias personas, incluyendo a su amada Joyce (Jessica Alba), representa el punto culminante de su locura y la única huída posible de una condena a muerte segura, desencadenando por vez última y definitiva al asesino interior contenido-. Pero son las escenas que se encuentran entre esos actos de extrema violencia las que nos descubren que lo que en un inicio parecía algo esporádico no lo es en absoluto, sino que proviene de recuerdos profundamente enterrados en la psique del protagonista y que, muy acertadamente, Michael Winterbottom solo insinúa con unos pocos insertos, librándonos de excesivos flashbacks que hubieran entorpecido la evolución de la historia.

La ciudad petrolífera de Central City situada en el Oklahoma de los años 50, es –como suele ser habitual en el cine negro- elemento fundamental para entender la historia y los personajes que en ella se mueven, que no son sino extensiones de la ciudad misma. No es posible concebir a un personaje como el de Lou Ford fuera del entorno en el que vive y se mueve, del mismo modo en que no podría existir un Sheriff como el estoico Bob Maples (Tom Bower) fuera de ese tranquilo pero engañoso lugar. Quizás por esto el fiscal Howard Hendricks (Simon Baker), que en cierto modo es un “pez fuera del agua” al ser el único no-habitante que deambula por la historia sea el único capaz, desde su posición privilegiada, de mirar en donde otros ven normalidad y hacer las preguntas que a otros no se les ocurrirían hasta descubrir la verdad. Y es que se trata de una ciudad llena de dualidades, comenzando por el propio Ford, a veces frío asesino, a veces respetado ayudante del sheriff a quién los habitantes piden consejo y ayuda y llegando hasta el Sheriff Maples dividido entre apoyar a Ford a quien considera uno de sus mejores hombres o hacer caso de esa intuición que lo aviene en su contra o Amy Stanton (Kate Hudson), la novia de Ford que, cuando estamos convencidos de que se trata de esa chica decente con el objetivo es casarse y formar una familia, descubrimos los moretones provocados por los azotes consentidos que recibe de Ford. Incluso la música, mezcla perfecta de clásicos country y opera clásica no hace sino acentuar esas dualidades que enmarcan la película y enturbian la moral de sus personajes -“Tengo un pie a cada lado de la valla. Lo tengo desde hace tiempo y no puedo hacer nada, salvo esperar o partirme en dos.”-. Quizás por esto los personajes más puros, más faltos de doblez, como la puta encarnada por Jessica Alba o el no muy espabilado hijo del terrateniente (Jay R. Ferguson) sean los primeros en morir, incapaces de encajar en ese mundo de engaños e insinuaciones para el que otros han nacido como Joe Rothman (Elias Koteas) (actor que, como el buen vino, no hace sino mejorar a cada año que pasa) que sinuosamente va moviendo los hilos y empuja a Ford hacia su destructivo final.

El demonio bajo la piel - Ficha

USA, Suecia, UK, Canadá, 2010
T.O.: The Killer Inside me.
Director: Michael Winterbottom.
Guión: John Curran basado en una novela de Jim Thompson.
Productores: Andrew Eaton, Chris Hanley y Bradford L. Schlei.
Producción: Muse Productions, Stone Canyon, Revolution Films, Indion Entertainment Group, BOB Film Sweden AB y Film i Väst.
Fotografía: Marcel Zyskind en color.
Diseño de produccion: Rob Simona y Mark Tildesley.
Diseño de vestuario: Lynette Meyer.
Montaje: Mags Arnold.
Musica original: Joel Cadbury y Melissa Parmenter.
Duración: 109 minutos.
Estreno USA: 24 de Enero de 2010.
Estreno España: 21 de Enero de 2011.
Presupuesto estimado: $13.000.000
Interpretes: Casey Aflleck (Lou Ford), Kate Hudson (Amy Stanton), Jessica Alba (Joyce Lakeland), Ned Beatty (Chester Conway), Elias Koteas (Joe Rothman), Tom Bower (Sheriff Bob Maples), Simon Baker (Howard Hendricks), Bill Pullman (Billy Boy Walter), Brent Briscoe (Bum/Stranger), Matthew Maher (Deputy Jeff Plummer), Jay R. Ferguson (Elmer Conway), Liam Aiken (Johnny Papas), Ali Nazary (Max Papas).

Argumento:
En una ciudad de Oklahoma de los años 50, vive Lou Ford, un ayudante de Sheriff con un horrible secreto. Cuando el Sheriff Maples lo envía a echar de la ciudad a una prostituta, Ford se comienza una tortuosa y sadomasoquista relación con ella que marcará el comienzo de una larga serie de asesinatos de la que difilmente podrá escapar.



viernes, 9 de septiembre de 2011

Ensalada de trailers: Drive; A Dangerous Method; Moneyball; Melancholia; Tinker, Taylor, Soldier, Spy

A continuación tenéis los trailers de algunas de las propuestas más interesantes que están por llegar a las carteleras. Drive, A Dangerous Method, Moneyball, Melancholia y Tinker, Taylor, Soldier Spy.

martes, 29 de marzo de 2011

Censura política en la televisión americana.

Pese a lo que nos quieran hacer creer, la censura en el mundo del cine y la televisión no ha desaparecido, el que no me crea solo ha de fijarse en la absurda polémica que se ha creado entorno a la película A Serbian Film (2010) y los ataques a Ángel Sala por emitirla en el festival de Sitges. Lo que hoy traigo no es un caso peor ni más flagrante de censura (es difícil superar los niveles a los que hemos llegado en España con la mencionada película), sino tan solo otro caso más que arroja luz sobre un hecho que mucha gente niega o desconoce.

The Kennedys (2011) supone la miniserie más cara y ambiciosa que History Channel haya abarcado jamás. Durante 8 capítulos la serie narra la historia de la familia Kennedy indagando en las turbulentas relaciones entre ellos y con terceros que marcaron el mito. Ante una producción de tal presupuesto era de esperar que los directivos de la cadena exigieran varias revisiones de guión con las que sentirse cómodos antes de dar luz verde al rodaje. Esto es lo que hace aun más increíble el hecho de que una vez finalizado el mismo, la cadena haya dicho que no va a emitir la serie debido a su supuesta falta de rigor y al descontento con las actuaciones de los protagonistas (hablamos de Greg Kinnear, Katie Holmes, Tom Wilkinson y Barry Pepper). No deja de resultar sorprendente que una cadena de televisión como History Channel, en los tiempos que corren, no se asegure de que el resultado de una de sus producciones vaya a ser satisfactorio antes siquiera de entregar un solo dólar.

Quizás la explicación resida en las voces que hablan de la supuesta presión que se ha ejercido a la cadena por parte de varias fuentes para no emitir la miniserie. Por una parte estarían representantes/partidarios del partido demócrata (el partido de JFK) que la han calificado de ‘maliciosa’ y ‘vengativa’. Por otra parte se encuentra la familia del expresidente, en concreto, Caroline Kennedy, quién tiene a punto de publicación un libro sobre Jackie Kennedy la que fuera esposa de John y primera dama de los Estados Unidos; para rizar más el rizo, el libro será publicado por una editorial del grupo Disney que a su vez es uno de los propietarios de History Channel.

Lamentablemente esto no es un suceso aislado pues en 2003 ocurrió algo similar con la serie de CBS The Reagans protagonizada por James Brolin y Judy Davis. En aquella situación fueron los conservadores los que pusieron el grito en el cielo ante lo que mostraba la serie, que finalmente acabó emitiéndose en un canal menor, cosa que también sucederá con The Kennedys. Será el canal de pago por satélite ReelzChannel el que emitirá la accidentada serie si no lo impide antes la falta de anunciantes a la que tiene que enfrentarse ahora. Por lo visto después de todo el revuelo que se ha montado, no todo el mundo quiere asociar su imagen a la serie.

Por suerte, para todo aquel que quiera disfrutar de The Kennedys en España, Cuatro ya ha confirmado que la serie será una de las que emita en los próximos meses. Todo este revuelo solo es muestra de las anteojeras con las que algunos se manejan por el mundo, y tristemente somos los espectadores lo que hemos de pagar sus reparos y miedos.

jueves, 13 de enero de 2011

¿Quién vigila al Dr. Ender?


Llegados a este punto, he de reconocer que este humilde blog, a pesar de su juventud, me ha proporcionado grandes alegrías que no esperaba, y me permite aprender cada día mas sobre el mundo del cine que tanto amamos, además de conocer a personas de lo mas interesante y que comparten mi misma pasión por el séptimo arte.

Esto, aunque lo parezca no es una despedida, ni siquiera un hasta luego, es solo mi manera de agradecer a todos los que se han pasado por aquí en un momento u otro su presencia y, en el caso que proceda, su participación. Además, como no solo de cine vive el hombre, me sirve de plataforma desde la que presentar un nuevo proyecto en el que llevo algún tiempo trabajando y que por fin ha visto la luz. Este no es ni más ni menos, que un blog hermano de este, pero de temática diferente.

¿Quién vigila al Dr. Ender? estará enfocado al mundo del comic. Su filosofía será la misma que mueve el Imaginario, artículos sobre material indistintamente antiguo o nuevo, escritos con pasión y con la mayor calidad que me sea posible, además, igual que aquí, también podréis encontrar alguna otra cosa –como por ejemplo la traducción de varias interesantes entrevistas que hay ahora mismo publicadas- que espero, sean de interés.

¿Quiere esto decir que el Imaginario será cerrado? No, ni mucho menos. El Imaginario permanecerá abierto y podréis seguir encontrando en él lo mismo de siempre, pero a aquellos que, como yo, estéis interesados en el noveno arte, tenéis ahora un nuevo rincón por el que pasaros a compartir y convivir.

Podéis acceder al nuevo blog pulsando en el banner que se encuentra en la columna de la izquierda o en este enlace.

No puedo despedirme sin agradeceros de nuevo a todos los que estáis ahí vuestra presencia y animaros a participar en cualquiera de los dos blogs. Vuestros comentarios, ya sean el comienzo de una interesante discusión sobre algún tema en concreto o un simple saludo, serán siempre bienvenidos.

martes, 11 de enero de 2011

'Los niños del Brasil', clonando a Hitler

Es curioso cómo películas que en su día pertenecían o al menos rozaban la ciencia-ficción, vistas hoy en día han perdido totalmente ese componente, debido a los avances científicos que hacen que lo que un día pareció imposible sea ahora posible e incluso probable. Esto es lo que pasa con Los niños del Brasil (The Boys from Brazil, 1978) de Franklin J. Schaffner que, sí bien no podía adscribirse claramente al género de la ciencia-ficción, sí que lo rozaba de manera más o menos clara. La película, basada en una novela de Ira Levin, nos cuenta la historia del Doctor Joseph Mengele miembro del partido nazi que, una vez acabada la guerra, prosigue junto a una encubierta organización nazi con sus trabajos científicos. Su principal proyecto consistió, aun en vida del fuhrer, en tomar células de la piel del dictador e introducirlas en 94 embriones previamente preparados. Así obtuvo 94 copias exactas de Adolf Hitler. Sabedor de que la identidad genética no es suficiente para conseguir a un individuo idéntico, sino que también es necesaria la identidad contextual, Mengele escogió a 94 familias en las mismas circunstancias que la del propio Hitler y les entrego a un niño a cada una. 14 años después, Mengele junto con su organización se dispone a asesinar a los 94 padres puesto que el padre de Hitler fue muerto cuando el cumplió esa misma edad. Con este punto de partida, Los niños del Brasil se convirtió en una de las primeras películas en tratar temas como la clonación y duplicación humanas que posteriormente han dado para numerosas historias escritas o filmadas. Llama la atención el hecho de que una historia como esta dé más miedo en pleno siglo XXI dada la posibilidad de sus premisas que en 1978 cuando se estrenó, que simplemente era una historia de ficción más.

La película comienza con Barry Kohler -un primerizo Steve Guttemberg algunos años antes de saltar a la fama con Loca academia de Policía (Police Academy, 1984)-, un joven que investiga las andanzas de un grupo de nazis en Paraguay. Pronto se pondrá en contacto con Ezra Lieberman, famoso cazador de nazis, para que le aconseje sobre los pasos a seguir, pero este, creyendo que se trata de otro joven periodista queriendo hacerse un nombre con noticias sobre los nazis que todos saben, hará caso omiso de sus advertencias. Esto cambiará cuando Kohler le informe de que tiene una grabación de una reunión secreta del grupo nazi con el doctor Joseph Mengele, pero ya será demasiado tarde, pues, Kohler será atrapado y asesinado antes de que pueda divulgar su historia. Es en ese momento en el que el protagonismo pasa de Guttemberg que lo había acaparado durante los primeros minutos del metraje a ser compartido por Gregory Peck en uno de sus últimos trabajos para el cine y Laurence Olivier en los papeles de Mengele y Lieberman respectivamente. Pronto quedará claro el parecido entre ambos hombres, enfrentados en extremos opuestos pero de psicología similar. Ambos son hombres que han envejecido sin saber pasar página a sus vidas anteriores, Mengele sigue viviendo en el III Reich a pesar de sus esfuerzos por instaurar el IV, cree que los nazis siguen teniendo el poder absoluto y no entiende el nuevo mundo en el que se mueve. Vive en una gran finca en Sudamérica en donde es el amo y señor y es incapaz de comprender el hecho de que sus colaboradores quieran detener el proyecto debido a las investigaciones de Lieberman. Este, por su parte es un hombre que alcanzó cierta fama antaño resultando crucial en el encarcelamiento de varios criminales de guerra nazis pero al que nadie escucha ya, es un hombre que lucha contra el tiempo, por conseguir otro fogonazo de gloria cazando a algún nazi, a este respecto son reveladoras dos frases de Lieberman: la primera cuando le dice a su hermana “debo estar haciéndome viejo” y ella le responde “No tienes tiempo”; y la segunda cuando, ante su insistencia para que su colaborador de la agencia Reuters investigue todas las muertes de personas de 65 años, este le dice “¿Tiene idea de cuantos hombre de 60 años mueren cada día?” a lo que Lieberman responde “Trato de no pensar en ello”. Ambos son hombres obsesionados con sus respectivos trabajos, Mengele es un científico apasionado con su proyecto hasta el extremo de atacar a sus propios colaboradores cuando cree que lo han traicionado. En el otro extremo, Lieberman sigue investigando persistentemente los crímenes de los nazis aun a pesar de no contar ni con ayuda, ni con dinero, ni con tiempo. También el camino que siguen ambos personajes es similar, ambos parecen tener gran poder al principio del film –especialmente Mengele- pero hacia el final de la historia queda patente que tanto Mengele como Lieberman están embarcados en sus propias misiones sin apoyo, ni reconocimiento alguno. El trabajo de Peck y de Olivier realza el gran perfilado de ambos personajes constituyéndolos en una base más que sólida sobre la que asentar la historia, no obstante ambos se llevaron sendas nominaciones para los Oscar y los Globos de Oro.

Podemos encontrar en Los niños del Brasil ciertos fallos como algún que otro plano deliberadamente efectista o el excesivo tiempo que dedican a explicar todo el tema de la clonación y la ingeniería genética (por otra parte excusable, dado el hecho de que en aquel tiempo no estaba tan a la orden del día como ahora), pero sin duda es una película de gran calidad con algunos planos excelentes (cf. el plano-secuencia que comienza en el exterior de la finca del lago de Mengele y acaba en los inquietantes ojos azules del niño negro muestra más de la psicología y los métodos del Doctor Mengele que todo el resto de la película; o el plano rodado desde la base del sótano de la casa del niño en el que se ve la amenazadora silueta de Mengele a contraluz a lo alto de la escalera), un ritmo muy bien dosificado y unas actuaciones perfectas. La cinta está llena de momentos excelentes pero cabe destacar la escena final en la que el niño se encuentra dentro de un cuarto de revelado de fotografía, con la luz roja iluminando de forma tenue la habitación, mientras revela las fotos que ha hecho al cadáver de Mengele. No hay manera de saber si cuando el niño dice “Loco” se refiere a Mengele o a él mismo. Es una escena sobrecogedora que fue cortada de la copia norteamericana antes de su estreno, y tuvo que ser recuperada posteriormente para los pases en televisión y las copias europeas. Esta última escena enlaza con un tema subyacente en toda la obra que es la posibilidad o no de clonar la personalidad de alguien junto con su cuerpo, es decir de “fabricar” personas a antojo. La intención de Mengele era modificar todas las posibles variables en la vida de los muchachos a fin de conseguir la copia más perfecta de Hitler. El resultado final que muestra la película no es exactamente el esperado por el doctor pero desde luego sí se ve influenciado por sus acciones, el niño acaba siendo un personaje violento y carente de cualquier tipo de empatía. Este es uno de los elementos que confiere a la película una mirada agridulce hacia el género humano, igual que la pelea entre Lieberman y Mengele, dos hombres educados e inteligentes que se ven arrastrados hasta el barbarismo mas primitivo dándose arañazos y golpeándose como animales mientras oímos los ladridos de los perros de fondo.

El resultado es una película sólida y muy bien narrada, con un contenido más denso de lo que se aprecia a simple vista y con unas actuaciones que la dotan de una vida y personalidad de las que de otra manera hubiera carecido. Además podemos considerarla pionera en el campo de la clonación y manipulación genética y por lo tanto precursora en cierta manera de numerosas películas que vendrían después.

Los niños del Brasil - Ficha


USA, 1978
T.O.: The Boys from Brazil.
Director: Franklin J. Schaffner.
Guión: Heywood Gould sobre una novela de Ira Levin.
Productores: Stanley O’Toole y Martin Richards.
Producción: Incorporated Televisión Companý (ITC), Lew Grade y Producers Circle.
Fotografía: Henri Decaë en color.
Diseño de produccion: Gil Parrondo.
Diseño de vestuario: Anthony Mendelson.
Montaje: Robert E. Swink.
Duración: 125 minutos.

Estreno USA: 5 de Octubre de 1978

Presupuesto estimado: $12,000,000


Interpretes: Gregory Peck (Dr. Josef Mengele), Laurence Olivier (Ezra Lieberman), James Mason (Eduard Seibert), Lilli Palmern (Esther Lieberman), Uta Hagen (Frieda Maloney), Steve Guttenberg (Barry Kohler), Rosemary Harris (Mrs. Doring), John Dehner (Henry Wheelock, John Rubinstein (David Bennet).


Argumento:

El nazi Dr. Josef Mengele, lleva años trabajando en un proyecto que le permitirá conseguir un clon perfecto de Hitler con el que instaurar el IV Reich, pero Ezra Lieberman, un reputado cazador de nazis ya retirado, hará todo lo que esté en su mano para detenerlo.